Siete días, siete oportunidades de descubrir una isla que parece enamorada de la luz. Con su estilo colonial, desenfadadamente cosmopolita, y sobre todo, muy cariñosa, Gran Canaria es uno de los mejores destinos turísticos por los que puedes apostar este año. Cada esquina de su centro histórico, cada duna de sus playas, cada transeúnte que amable te da la bienvenida, son pequeños alicientes que nos seducen poco a poco a lo largo de nuestra estancia, y por eso, hoy queremos invitarte a descubrir el lado más personal de Gran Canaria, uno que va más allá de las típicas tumbonas y el sol. Míralo por tus propios ojos.
Lo que no puedes perderte de Gran Canaria
Con una mezcla de raíces africanas y herencia colonial, Gran Canaria se presenta ante nosotros completamente desnuda, con los brazos abiertos a cualquier visitante, y lista para sorprenderte de igual modo con sus tiendas y centros comerciales, que con sus monumentos y edificios renuentes al paso del tiempo.
Para comenzar, te proponemos darte un salto hasta el Puerto de la Luz, un templo para los más cosmopolitas, y aquellos que gustan de llevarse a casa un buen souvenir. Seguidamente, dejamos atrás las sedas hindúes y las artesanías africanas, para impregnarnos de historia entre calles coloniales y casas repletas de colores.
Si cabe, nada como terminar el día en la playa de Las Canteras, un refugio para toda la familia donde, si la suerte nos acompaña, podremos incluso contemplar el Teide tinerfeño, o tal vez, sumergirnos en sus cálidas aguas y disfrutar de una sesión de buceo.
Para quienes se han quedado con ganas de más, les proponemos visitar el Pueblo Canario en Ciudad Jardín, reconocido Interés Histórico Artístico, y que sirve de puente hacia el barrio de Vegueta donde nos esperan la calle Triana, la Plaza Mayor de Santa Ana, la Catedral, o el Museo Canario, prácticamente obligatorio para cualquier visitante.
Le siguen además, otros sitios de interés turístico y con gran valor histórico y cultural, como el Museo Diocesano de Arte Sacro, la basílica de Nuestra Señora del Pino, la Casa de Colón, la iglesia de San Juan Bautista, la Casa Regental o la ermita de San Antonio Abad, aunque sin duda, uno de los mejores alicientes de la isla, son sus castillos de San Francisco, Mata, San Cristóbal y La Luz.
Fuente de la imagen: viajaragrancanaria.com
Gran Canaria se adapta a ti
No importa quién seas ni a qué has venido, Gran Canaria no te dejará ir tan fácilmente. Esta isla es tan versátil que cualquiera se sentirá a gusto. Por ejemplo, si has venido huyendo del estrés diario y solo buscas relajarte a pierna suelta, el Centro de Talasoterapia en el Hotel Gloria Palace te lo pone fácil con un surtido de piscinas de agua de mar con diferentes temperaturas para fomentar tu afición por la hidroterapia, y varios tratamientos de estética y relajación a través de masajes.
Por otro lado, si quieres sacar a relucir tu lado más fiestero, tus pasos te llevarán hacia el sur de la isla, donde La Roca, una discoteca enclavada frente al mar, te contagiará con su ritmo y su gente. Además, también puedes saltar hasta la Playa San Agustín para saciar tus ansias de sol, arena y playa.
No obstante, si de contacto con el mar se trata, nada como el Charco de Maspalomas, una marisma bendecida por la naturaleza, y donde las aves y las dunas, rivalizan en belleza con el fondo marino de las playas en esta zona. Pasarse un día aquí con toda nuestra familia, o tal vez a modo de escapada romántica, sencillamente no tiene precio, sobre todo si esperas a la caída de la tarde, para regodearte con tu pareja al compás de una puesta de Sol.
Si al día siguiente, te despiertas con ánimos de aventura, el reto estará servido en los municipios de Artenara y Tirajana. Estos dos enclaves paradisíacos, son perfectos para mimar tu pasión por el senderismo. Si eres osado, te estarán esperando aquí algunos destinos inmemorables como las Cuevas de Acusa o el Barranco de Tirajana, templos de la arqueología y la botánica que no puedes perderte.
Vuélvete un canario más
Para el tercer o cuarto día, ya te sentirás como uno más dentro de la isla, es un riesgo que corren muchos visitantes aquí, que no pueden impedir contagiarse con la magia del lugar. Por eso, es una magnífica idea la de salir a degustar la gastronomía de Gran Canaria, porque algunas joyas culinarias como el sancocho, el rancho canario o las papas arrugadas con mojo, son privilegios que nuestro paladar no debe postergar.
Para respirar esa familiaridad en la cultura gastronómica de Gran Canaria, nuestra experiencia te aconseja que asistas al Puerto de las Nieves, y después al mercado de San Mateo. Quesos, mariscos, dulces, vinos y especias, aguardarán pacientes para adueñarse de tus sentidos, y para cerrar con broche de oro, nada como dejarse llevar por el pescado seductor de Don Camilo en la Playa de las Canteras. Aderezado con el ambiente marino, en este lugar hasta las papas con mojo saben a gloria.
Y si de hoteles y alojamiento se trata, Gran Canaria tampoco se queda atrás. Santa Catalina, uno de los hoteles más simbólicos de la isla, será capaz de trasladarte a otra época gracias a su encanto colonial y su cuidada arquitectura. No obstante, en la Cruz de Tejeda, el Parador de Tejeda también hace galas del encanto más autóctono de la isla, un sinónimo constante de relax para quienes necesiten de una semana “recargapilas” antes de volver a casa.