Córdoba es una bella ciudad española situada a orillas del río Guadalquivir en la comunidad autónoma de Andalucía. Es una ciudad de ensueño. Caminar por sus calles te trasporta hasta siglos atrás de su historia y desarrollo, en los que sobresale la coexistencia de culturas que aun hoy, se respira en la ciudad.
Para los que ya la han visitado como para los que no, es la propuesta de hoy, pues les propondremos adentrarse en los intersticios de la ciudad andaluza en solo 24 horas. Sí, una visita relámpago pero que te permitirá conocer lo más significativo de la ciudad cordobesa.
Córdoba es una ciudad impresionante de manera general, pero su Casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, parece, simplemente, un sitio de otro mundo. Tus 24 horas en Córdoba, girarán en torno a este lugar.
Comenzarás por escoger algún hotel en medio del Casco Histórico, para que respires la dinámica de esta porción de la ciudad cada vez que te asomes por alguna ventana o balcón. Muchos sugieren Las casas de la Judería, por su calidad, buen servicio y cercanía a los monumentos y sitios más importantes de la ciudad.
Luego de instalarte y refrescarte un poco, ya estás listo para comenzar el itinerario. La primera parada será la judería. Su ambiente es, simplemente, mágico. Sus casas históricas y sus calles estrechas son singulares. Aquí puedes visitar la Casa Andalusí, un ejemplo típico de la arquitectura hogareña de la época andalusí.
Aún en la judería, podemos visitar la casa de Sefarad, sitio que recrea las viviendas judías de la época. Aquí encontrarás unas salas que exponen infinidad de objetos pertenecientes a la cultura judía. Además su dinamismo cultural es notable, debido a que en ella se ofrecen conciertos, exposiciones y charlas.
Asimismo, te proponemos visitar el zoco. Este sitio, semejante a una gran feria de artesanía de la época y que aún funciona como tal, te permitirá comprar un bello souvenir o regalo para alguien especial, pues allí se venden objetos de cuero, plata, madera, cerámica.
A un costado del zoco, encontramos una estatua inspirada en el pensador judío Averroes, nacido en las calles cordobeses. Y para despedirnos de la judería, nos llegaremos a la sinagoga, la única de Andalucía y una de las tres que hay en España.
Si quisieras conocer una de las formas más efectivas para la relajación de la época, podemos llegarnos hasta los baños califales o los baños árabes del Alcázar. Aquí verás las salas de baño y estancias donde era “consentido” el Califa, sin dudas debieron ser un excelente regalo para el cuerpo.
Seguimos el recorrido y esta vez llegamos a un lugar que no nos podíamos perder: la Mezquita de Córdoba. En este lugar confluyen dos estilos diferentes pues dentro de la mezquita se construyó una catedral, lo que le confiere a este sitio un aspecto único al combinar el mundo cristiano con el islámico. Realmente su belleza es indescriptible.
Las plazas y calles de Córdoba son sitios que merecen nuestra admiración. Algunos ejemplos podrían ser la Plaza del Potro y la Plaza de la Corredera, siendo esta última uno de los lugares más simbólicos de esta ciudad. Aquí podemos aprovechar para comer algo en el Mercado de Sánchez Peña y recargar nuestras energías.
Si este sitio no te convence, puedes almorzar en la Posada El Caballo Andaluz, un bello restaurante en el barrio de San Basilio, muy cerca del Casco histórico; o puedes elegir las Bodegas Mezquita, ubicado cerca del monumento emblema de Córdoba y famoso por su cocina tradicional.
Luego del momento gastronómico, podemos continuar la visita y, esta vez, darnos un salto por el Alcázar de los Reyes Cristianos, una fortaleza militar del siglo XIV que cuenta en sus jardines con una escultura de Cristóbal Colón en el momento en que le pide ayuda a los reyes para comenzar su travesía marítima.
Asimismo, podemos ser testigos de un bello espectáculo visitando las Caballerizas Reales creadas en el siglo XVI por un Real Decreto de Felipe II. Allí apreciaremos la belleza del caballo andaluz, un momento que también resulta mágico.
La magia continúa y será la que nos despida de Córdoba mientras admiramos su puente romano o visitamos el Sojo Ribera, un sitio ubicado en la azotea de un edificio cerca del río Guadalquivir. ¡Qué mejor invitación para regresar!, ¿verdad?